Julio-Septiembre 2005 24
ISSN 1317-987X
 
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Artículos
 



Micología
La endemia de cromomicosis en Venezuela: Una estrategia para su control

Infección experimental en mamíferos

En otros estudios con ratones con inmunodeficiencia severa combinada (SCID) inoculados con Fonsecaea pedrosoi no se pudo evidenciar el desarrollo de la forma parasitaria (Dei-Cas, E. et al, 2002). En los ratones SCID sólo se pudo demostrar el desarrollo de hifas características de la feohifomicosis (Ajello 1975). En los caprinos inoculados con Ciclosporina A, droga inmunosupresora, que inhibe la repuesta de los linfocitos T, tampoco se logró demostrar el desarrollo de estas células escleróticas de Cl. Carrionii (Sánchez et al. 2002). En caprinos inmunocompetentes, el estudio histopatológico sugiere que la repuesta celular juega un papel importante en la respuesta local inmune de estos animales para limitar la invasión a los tejidos circundantes. Estos mecanismos de defensa parecieran ser lentos en eliminar el hongo como fue confirmado por la existencia de células escleróticas e hifas en los tejidos hasta los 60 días post inoculación (Martínez et al. 2005) En búsqueda de una cepa de ratones susceptible a Cladophialophora carrionii se sometieron varias líneas consanguíneas a inoculación subcutánea en la pata. No se logró observar lesiones en ninguno de los ratones, evidenciándose la presencia de células parasitarias. La sobreviva del hongo no estuvo relacionada con la presencia de anticuerpos. Este trabajo y los numerosos ensayos realizados en nuestro laboratorio con el fin de reproducir la enfermedad, sin éxito, permiten suponer que la virulencia de estos hongos causales de cromomicosis es muy baja en mamíferos (Yegres et al, 1998). La forma parasitaria de estos hongos con pared celular gruesa recubierta de melanina pudiera representar un mecanismo de resistencia estimulada por la respuesta celular. Se ha demostrado que estos hongos no tienen capacidad para licuar la gelatina, una de las pruebas complementarias que se utiliza para la identificación (Montemayor, l949). Se considera por lo tanto que no estarían adaptados para asimilar esa proteina de origen animal y que difícilmente los mamíferos constituirían un reservorio para estos hongos, siendo sólo hospedadores accidentales.

Infección experimental en planta
La inoculación de varias plántulas de una cactácea columnar Stenocereus griseus, obtenida de semillas, para evitar el riesgo de contaminación con hongos en la planta silvestre, no produjo lesiones. Dentro del tejido el hongo vegetal en forma filamentosa no resulto patógeno para esta planta. (Zeppenfeldt, 2004). La invasión del tejido vegetal sólo se produciría cuando hay rotura mecánica de la cutícula ya que este microorganismo no presenta mecanismo de penetración. Este hongo sería preferentemente saprofito, siendo solo accidentalmente parásito en plantas o animales, incluyendo al hombre.

Heredabilidad y foco geográfico
En el estudio aleatorio para conocer la prevalencia en uno de los Municipios, se observó una distribución contagiosa de los casos. Estos se encontraban agregados en algunos caseríos, mientras que en otros no se encontraron o la frecuencia era muy baja, lo cual no parecía tener explicación para una enfermedad que se transmite por inoculación de un hongo en la piel. Se elaboraron entonces las genealogías de las familias afectadas (Yegüez-Rodríguez et al. 1992). La frecuencia de casos en un grupo familiar llegó hasta el 11%, muy superior a la tasa global 1,6%. Se pudo estimar un factor de heredabilidad del 65% según Falconer (este parámetro estadístico relaciona la frecuencia global con la de los hermanos enfermos de un caso índice). Estas mismas observaciones fueron confirmadas en otro pueblo (47%); el análisis de la genealogía permitió además evidenciar que el patrón de herencia pareciera corresponder a un carácter recesivo, sugiriendo la presencia de un gen principal que controle la relación huésped-parásito, heredado por las nuevas generaciones (Naranjo et al,. 1998). Quedó en evidencia la susceptibilidad particular a la enfermedad en los grupos familiares estudiados en los cuales se observó la existencia de uniones consanguíneas. Es interesante notar que el término ?primo? es usado habitualmente para el saludo entre los habitantes de estas zonas rurales. La tendencia a la endogamia encontraría una explicación en la dispersión y aislamiento de las viviendas campesinas, necesarias para la actividad de pastoreo condicionada por la cría de los caprinos sueltos en el campo (cría extensiva). Se establecieron tres "focos geográficos" definidos para problemas congénitos heredables en Venezuela (Arias, 1994). En este procedimiento se ubica el lugar de nacimiento de dos abuelos, uno materno y uno paterno (no emparentados) considerados portadores del gen responsable de la susceptibilidad, permitiendo delimitar una zona circundante en la cual se encontrarían con mayor probabilidad los descendientes susceptibles. En 579 habitantes de la zona se comprobó la alta frecuencia de matrimonios consanguíneos (25%) asociada con un 7% de personas con cromomicosis. En contrapartida, existen grupos familiares no afectados en los cuales no se pudo detectar este tipo de uniones, hay ascendientes comunes y por lo tanto se comparten un mayor número de genes (Yegres et al., 2002). Estos resultados permitirían explicar la concentración de los casos de esta enfermedad no contagiosa en ciertas familias, las cuales permanecen por varias generaciones viviendo en el mismo caserío.



Continua: Tratamiento

Introducción
Exposición a Cl. Carrionii en la zona semi-árida
Infección experimental en mamíferos
Tratamiento
Referencias

NOTA: Toda la información que se brinda en este artículo es de carácter investigativo y con fines académicos y de actualización para estudiantes y profesionales de la salud. En ningún caso es de carácter general ni sustituye el asesoramiento de un médico. Ante cualquier duda que pueda tener sobre su estado de salud, consulte con su médico o especialista.





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