Debido a la dificultad que presenta la elaboración de una vacuna contra la influenza, el nivel de alerta se mantiene activo frente a los virus circulantes alrededor del mundo. Esto significa que ante los brotes de gripe que puedan aparecer en cualquier región o período del año, existe un interés constante por parte de la OMS en colaboración con otros organismos internacionales, en tomar muestras de los pacientes para analizar e identificar si el virus está variando.

En opinión del Presidente del Instituto Nacional de Higiene, estos controles son aplicados por la Organización Mundial de la Salud para mitigar las probabilidades de que se desencadene una pandemia. "Eso quiere decir que si nosotros mantenemos esa vigilancia, si tenemos el virus identificado al momento de aflorar la epidemia, estaremos en la capacidad de comenzar a elaborar una vacuna, cosa que no podemos hacer en este momento porque no sabemos a qué virus nos vamos a enfrentar".

Por su parte, el infectólogo Jaime Torres explica que en caso de que ocurra una pandemia el tiempo total para elaborar la vacuna tomaría de 6 a 8 meses aproximadamente desde el momento en que se desencadene la epidemia y asegura que no existe ningún plan de contención que sea completamente idóneo para encarar la situación de forma efectiva. La recomendación se enfoca en la tarea que deben realizar las instituciones de salud, en las que también debería figurar la realización de simulacros planteados en los peores escenarios, de manera de medir los alcances de los mecanismos de prevención.